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“Cada vez en mayor medida, se valora que la orientación psicológica en un momento dado de la vida puede favorecer el estado de bienestar, como si de una “higiene mental” se tratara.”

Se abandonan ideas antiguas como que la gente cuando acude a un psicólogo o psicóloga es que “no está bien de la cabeza” o que es débil de carácter.

Para acceder a una terapia psicológica se requiere un ejercicio de introspección y análisis en donde la persona debe “darse cuenta” de que tiene un problema y querer ponerle solución a través de la acción. Tomar el timón de nuestra vida y no esperar que la suerte o la acción de otras personas resuelva los problemas, nunca es un indicador de debilidad sino motor de cambio.

 

¿Y qué problemas o dificultades concretas pueden requerir la terapia psicológica?

Porque vivimos en sociedad y nos relacionamos con los demás, es en el ámbito de las relaciones interpersonales donde más conflictos se generan. Las situaciones y conflictos que se plantean en terapia son variopintas: Trastornos emocionales como depresión, ansiedad, trastornos obsesivos, fobias sexuales; dificultades relacionadas con abusos sexuales; problemas con la autoestima y/o la imagen corporal, falta de habilidades sociales y relacionales; miedos, mitos, tabúes, inadaptaciones; problemas relacionados con la orientación del deseo (homosexualidad, bisexualidad,…); dependencia emocional, adicción a las relaciones, etc.

¿Podría tratarme en cualquier problema psicológico?

No. Yo todo no lo atiendo. No soy experta en Psicología Infantil, ni trabajo con problemas de aprendizaje. Tampoco mi campo de actuación específico es el trabajo con drogodependencias ni similares. No trabajo con psicosis ni abordo en primera instancia trastornos de conducta alimenticia. Entiendo que un profesional no puede ser experto en todo. Dentro de la terapia psicológica, mi especialidad es todo lo relacionado con la esfera afectiva, sexual y relacional en personas mayores de edad.

Tratamiento y Método de Trabajo en la Terapia Psicológica

Las sesiones duran una hora, suelen desarrollarse una vez a la semana, o cada 15 días. En mi método de trabajo yo suelo comentar que funciono como una “maestra” porque encargo “tareas para casa”.

Lo que trato de conseguir, es que la persona sienta todo el tiempo, y no sólo la hora que dura la sesión, que está en terapia. Hay que aprovechar la oportunidad (que a sí misma se está dando desde el momento en que decide acudir a una psicóloga), para la reflexión y el cambio (a nivel psicológico).